HOY EL RETO DEL AMOR ES QUE SUJETES EL MICRÓFONO A ALGUIEN
Hola, buenos días, hoy Joane nos lleva
al Señor. Que pases un feliz día.
Ayer tuvimos un grupo de un colegio en la Misa.
Nosotras nos encargábamos de los cantos y ellos de las lecturas, por lo que les
pusieron un ambón fuera de la clausura. La iglesia estaba abarrotada, el
micrófono no se mantenía bien en la posición en que lo ponían y a penas se les
oía.
La monición de entrada casi no se escuchó, la primera
lectura tampoco... y, de repente, en el salmo, de forma espontánea, al ver que
no se oía bien a la compañera que estaba leyendo, uno de los niños se puso de
pie y se dedicó a agarrar el micrófono a todos los que fueron saliendo a leer.
¡Desde ese momento se les escuchaba alto y claro!
Me impresionó mucho el gesto de este niño: sujetaba el
micrófono para que se escuchase a sus compañeros. Gesto sencillo e importante a
la vez, pues cuántos momentos se nos presentan a lo largo del día en que
podemos “sujetar el micrófono” a otro y, en lugar de eso, le sustituimos
leyendo y nos lo sujetamos a nosotros mismos.
Pensamos que nuestro valor está en hacer, en
figurar... “Tanto haces, tanto vales”, nos dice la sociedad. Entregar nosotros
el trabajo terminado de un equipo, decir que la idea fue nuestra...
Pero Cristo cambia la frase a “Tanto Amas, tanto
vales”. Si le pides vivir desde el servicio, verás a las personas; descubrirás
qué necesita el corazón de los que te rodean, y disfrutarás como nunca de ser
el que sujeta el micrófono para que se les oiga alto y claro.
Hoy el reto del amor es que sujetes el micrófono a
alguien. Que hagas algo que haga “brillar” a otra persona.
¡Feliz día!
¡Feliz día!
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