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martes, 21 de marzo de 2017

El collar de perlas

"Ventana abierta"


El collar de perlas


Elísabet era una linda niña de cinco años de ojos relucientes. Un día mientras ella con su mamá visitaban una tienda, Elísabet vio un collar de perlas de plástico que costaba 2.50 dólares. ¡Cuánto deseaba poseerlo! 
Preguntó a su mamá si se lo compraría, y su mamá le dijo: Hagamos un trato, yo te compraré el collar y cuando lleguemos a casa haremos una lista de tareas que podrás realizar para pagar el collar, y no te olvides que para tu cumpleaños es muy posible que tu abuelita te regale un dólar, ¿está bien? 
Elísabet estuvo de acuerdo, y su mamá compró el collar de perlas.
Elísabet trabajó con tesón todos los días para cumplir con sus tareas , y tal como su mamá le mencionara, su abuelita le regaló un dólar para su cumpleaños.
En poco tiempo Elísabet canceló su deuda. Elísabet amaba sus perlas, las llevaba puestas a todas partes.
 El único momento que no las usaba era cuando se bañaba, su mamá le había dicho que las perlas con el agua le teñirían el cuello de verde.
Elísabet tenía un padre que la quería muchísimo. Cuando Elísabet iba a su cama, él se levantaba de su sillón favorito para leerle su cuento preferido. Una noche, cuando terminó el cuento, le dijo: 
-"Elísabet, ¿tú me quieres?".
-"OH sí papá, tú sabes que te quiero" . 
-"Entonces, regálame tu collar de perlas," le pidió él. 
-"¡OH papá! Mis perlas no!" dijo Elísabet. "Pero te doy a Rosita, mi muñeca favorita. ¿La recuerdas?, tú me la regalaste el año pasado para mi cumpleaños y te doy su ajuar también, ¿está bien, papá?".
-"¡OH!, no hijita, no importa", le dijo el papá.
Una semana después, nuevamente su papá le preguntó al terminar el cuento: 
-"Elísabet, ¿tú me quieres?".
-"¡OH, sí papá, tú sabes que te quiero!", volvió a contestar la niña. 
-"Entonces, regálame tu collar de perlas". 
-"¡OH, papá! Mis perlas no!, pero te doy a Lazos, mi caballo de juguete, ¿lo recuerdas? Es mi favorito, su pelo es tan suave y tú puedes jugar con él y hacerle trencitas". 
-"¡OH!, no hijita", le dijo su papá dándole un beso en la mejilla.
Algunos días después, cuando el papá de Elísabet entró a su dormitorio para leerle un cuento, Elísabet estaba sentada en su cama y le temblaban los labios. 
-"Toma papá" dijo, y estiró su mano. 
La abrió y en su interior estaba su tan querido collar, el cual entregó a su padre. 
Con una mano él tomó las perlas de plástico y con la otra extrajo de su bolsillo una cajita de terciopelo azul. Dentro de la cajita había un hermoso collar de perlas genuinas. Él las había tenido todo este tiempo, esperando que Elísabet renunciara a la baratija para poder darle la pieza de valor que con gran sacrificio compró.
Y así es también con nuestro Padre Celestial. 
Él está esperando que renunciemos a las cosas sin valor en nuestras vidas para darnos preciosos tesoros. ¿No es bueno el Señor? Esto me hace pensar las cosas a las cuales me aferro y me pregunto: ¿qué es lo que Dios me quiere dar en su lugar?
Y a ti... ¿QUÉ TE DICE el Señor?:
"En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Cuando  hagáis oración no habléis mucho, como los paganos, que se imaginan que a fuerza de mucho hablar, serán escuchados. No los imitéis, porque el Padre sabe lo que les hace falta, antes de que se lo pidan." 
Del Evangelio Según San Mateo 6, 7-8


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