"ventana abierta"
El abuelo, el nieto y el burro.
Un abuelo y su nieto salieron de viaje con un burro. El
nieto había pasado las vacaciones con su abuelo y ahora volvía a casa de sus
padres para comenzar nuevamente el colegio. A ratos el abuelo o el nieto se
subían en el burro y así iban haciendo el viaje más cómodo.
El primer día de viaje llegaron a un pueblo. En ese momento
el abuelo iba sentado sobre el burro y el nieto iba caminando al lado.
Al pasar por la calle principal del pueblo algunas
personas se enfadaron cuando vieron al viejo sobre el burro y al niño
caminando. Decían:
- ¡Parece mentira! ¡Qué viejo tan egoísta! Va subido en el burro y el pobre niño a pie.
Al salir del pueblo, el abuelo se bajó del burro. Llegaron a otro pueblo. Como iban caminando los dos junto al burro, un grupo de muchachos se rió de ellos, diciendo:
- ¡Qué par de tontos. Tienen un burro y, en lugar de subirse en él, van los dos andando.
Salieron del pueblo, el abuelo subió al niño en el burro y continuaron el viaje.
Al llegar a otra aldea, la gente exclamó escandalizada:
- Qué niño más maleducado. Qué poco respeto. Va montado en el burro y el pobre viejo caminando a su lado.
En las afueras de la aldea, el abuelo y el nieto se subieron los dos a lomos del burro. Pasaron junto a un grupo de campesinos y estos les gritaron:
- ¡Sinvergüenzas! ¿Es que no tenéis corazón? Vais a reventar al pobre animal.
El anciano y el niño se cargaron al burro sobre sus hombros. De este modo llegaron al siguiente pueblo. La gente acudió de todas partes. Con grandes risotadas los pueblerinos se burlaban diciendo:
-¡Qué par de tontos! Nunca hemos visto gente tan tonta. Tienen un burro y, en lugar de subirse en él lo llevan a cuestas.
Al salir del pueblo, el abuelo después de pensar un buen rato, le dijo a su nieto:
-Ya ves que hay que tener opinión propia y no hacer mucho caso de lo que diga la gente.
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