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domingo, 6 de julio de 2014

Venid a mí todos los que estáis cansados.

"Ventana abierta"


Amig@s os dejo con una de las homilías o reflexiones que tiene J. A. Pagola para el evangelio de Mateo de este domingo (Mt 11, 25-30). Habla de la necesidad del descanso en este tiempo que viene, ante una vida atropellada, ante las cargas y preocupaciones que no nos dejan vivir como nos gustaría. Descansar, como otras cosas, es un arte y no todos lo dominamos porque confundimos el descanso con otras muchas acciones u ocupaciones. Os dejo con la reflexión de Pagola.

Venid a mí todos los que estáis cansados.
 José Antonio Pagola


"Somos muchos los que vivimos sometidos a un ritmo duro de trabajo que nos va desgastando a lo largo de los meses. Por eso, al llegar esta época veraniega, todos buscamos de una manera u otra, un tiempo de descanso que nos ayude a liberarnos de la tensión, el agobio, el desgaste y la fatiga que hemos ido acumulando a lo largo de los días.
Pero, ¿qué es descansar? 
¿Es suficiente recuperar nuestras fuerzas físicas, tomando el sol durante horas y más horas junto a la orilla de cualquier mar? 
¿Basta con olvidar nuestros problemas y conflictos sumergiéndonos en el ruido de nuestras fiestas y verbenas?

Al retomo de las vacaciones, más de uno siente en su interior la sensación de haberlas perdido. Y es que también en vacaciones podemos caer en la tiranía de la agitación, el ruido, la superficialidad y la ansiedad del disfrute fácil y agotador. No todos saben descansar. Y quizás el hombre moderno necesita urgentemente iniciarse en el arte del verdadero descanso.
* Necesitamos, antes que nada, encontramos más profundamente con nosotros mismos y buscar el silencio, la calma y la serenidad que tantas veces nos faltan durante el año, para escuchar lo mejor que hay dentro de nosotros y a nuestro alrededor.
* Necesitamos recordar que una vida intensa no es una vida agitada. Queremos tenerlo todo, acapararlo y disfrutarlo todo. Y nos hacemos rodear de mil cosas superfluas e inútiles que ahogan nuestra libertad y espontaneidad.
* Necesitamos redescubrir la naturaleza, contemplar la vida que brota cerca de nosotros, detenernos ante las cosas pequeñas y las gentes sencillas y buenas. Experimentar que la felicidad tiene poco que ver con la riqueza, los éxitos y el placer fácil.
* Necesitamos recordar que el sentido último de la vida no se agota en el esfuerzo, el trabajo y la lucha. Por el contrario, se nos revela con más claridad en la fiesta, el gozo compartido, la amistad y la convivencia fraterna.
* Pero necesitamos, además, enraizar nuestra vida en ese Dios «amigo de la vida», fuente del verdadero y definitivo descanso. 
¿Puede descansar el corazón del ser humano sin encontrarse con Dios? 
Escuchemos con fe las palabras de Jesús: 



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