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jueves, 15 de mayo de 2014

El árbol de los problemas

"Ventana abierta"


El árbol de los problemas


El carpintero que había contratado para ayudarme a reparar una vieja granja, acababa de finalizar un duro primer año de trabajo. Su cortadora eléctrica se dañó y le hizo perder una hora de trabajo y ahora su antiguo camión se negaba a arrancar.

 Mientras lo llevaba a su casa en mi automóvil, permaneció en el más absoluto silencio. Una vez que llegamos, me invitó a conocer a su familia.

Mientras nos dirigíamos a la puerta, se detuvo brevemente frente a un pequeño árbol, tocando las puntas de las ramas con ambas manos.

Cuando se abrió la puerta, ocurrió una sorprendente transformación.

Su bronceada cara estaba plena de sonrisas. 
Abrazó a sus dos pequeños hijos y le dio un beso a su esposa. Posteriormente me acompañó hasta el coche.


 Cuando pasamos cerca del árbol, sentí curiosidad y le pregunté acerca de lo que le había visto hacer un rato antes.


- "Oh, ese es mi árbol de los problemas" contestó.

Sé que no puedo evitar tener problemas en el trabajo, pero una cosa es segura, los problemas no pertenecen a la casa, ni a mi esposa, ni a nuestros hijos.
 Así que simplemente, cada noche cuando llego a casa, le digo al Señor:

"Te dejo colgados mis problemas en este árbol. Ayúdame por favor, Señor, a afrontarlos de la manera más adecuada". 


Luego por la mañana los recojo otra vez diciendo:

 "Señor, recojo nuevamente mis problemas. Ayúdame por favor a resolverlos". 


Lo maravilloso es - dijo sonriendo- que cuando salgo por la mañana a recogerlos, no hay tantos como los que recuerdo haber colgado la noche anterior.

 ¡GRACIAS, DIOS!


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