"Ventana abierta"
1. NO OS AGOBIÉIS POR EL MAÑANA. (Mt. 6, 24 – 34).
Queridos
amigos: A las personas nos gustaría prevenir todo en la vida: el tiempo, el
trabajo, la salud y hasta la felicidad. Tal vez, por esto, nos cuesta creer en
la providencia: en admitir nuestra impotencia y en asumir que hay hechos,
situaciones y sentimientos, que no podemos preveer, ni evitar sus daños o
perjuicios.
Jesús, en el pasaje evangélico de hoy, nos repite hasta cinco
veces, “no os agobiéis por el mañana”. No dice, que no nos preocupemos de nada
ni por nada. Nos dice, “no os agobiéis”. El agobio y la angustia constante y
permanente, nos perjudica y nos hace perder la calma y la paz. Con esta
advertencia, el Señor nos quiere hacer caer en la cuenta de nuestra limitación
e impotencia; pero también, que es muy conveniente mantener la serenidad y la
paz.
¿Qué es vivir sin agobio el mañana…?
• Es estar abiertos a las
promesas, a las sorpresas y a las bendiciones.
• Es tratar de descubrir sin
perder la confianza en lo que nos ocurre y acontece.
• Es experimentar y sentir las
formas tan distintas y variadas que tiene el Señor de hacerse presente: la
protección, la confianza, el trabajo, la oración; por la luz y la belleza, por
la cruz y la certeza.
• Es poder saborear las pequeñas alegrías de cada día, y
relativizar cuanto podamos las dificultades. Confiemos en el Señor, “que no se
olvida de nosotros”. (Isa. 49, 14 – 15). Confiemos en su providencia, como el
salmista:
“Sólo en Dios descansa mi alma, porque de él viene la salvación”.
(Sal. 61, 2 – 3).
ORACIÓN.
Ayúdanos, Señor…: A vivir comprometidos pero sin
ansiedad. A caminar ligeros, pero sin prisas.
A trabajar con empeño, pero sin
agobios.
A confiar, pero sin angustias.
A no tener miedo al mañana que nos
aguarda.
“Tú, Señor, eres nuestra roca y salvación”. (Sal. 61, 2- 3). Gabriel.
8º. Domingo Tiempo Ordinario. Ciclo. A. Madrid.
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