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viernes, 6 de septiembre de 2013

La enseñanza de la carreta

"Ventana abierta"


La carreta vacía



"Una vez un señor paseaba con su hijo por los campos de su granja, y le aconsejaba de que tuviera cuidado con el paso de las carretas, ya que éstas podrían atropellarlo, enseñándole cómo advertir la venida de una de éstas, por el ruido que producía al desplazarse; y para lo cual se inclinó y puso su oreja sobre la tierra, invitándole a imitarlo.

Al día siguiente, ambos nuevamente se encontraron en el camino, y el pequeño de manera intuitiva, inclinó su oreja sobre el camino y emocionado gritó: ¡padre viene una carreta¡ su progenitor hizo lo propio, constatando que efectivamente era cierto, y levantándose le dijo: "viene una carreta y está vacía"

El niño sorprendido le preguntó asombrado: "padre, y cómo sabes que está vacía", recibiendo como respuesta, que era así, " porque era muy ruidosa"; dicho lo cual su padre le explicó: "hijo mío, así como hay carretas ruidosas, en el mundo encontrarás hombres ruidosos, que serán así porque tienen vacíos la mente y el corazón, aléjate de ellos, porque presumirán de fanfarrones, valentones y de falsos sabios. Sus acciones te llenarán de ira, tratarán de humillarte y molestarán la tranquilidad de tu alma". 

Me convertí en adulto, y ahora, cuando veo a una persona hablando demasiado, interrumpiendo la conversación, siendo inoportuna o arrogante, presumiendo de lo que tiene o de lo que es, mostrándose prepotente o menospreciando a los demás, tengo la impresión de oír de nuevo la voz de mi padre diciendo: "Cuanto más vacía va la carreta, mayor es el ruido que hace". 
La humildad hace callar a nuestras virtudes y permite a los demás descubrirlas, y nadie está más vacío que aquel que está lleno de sí mismo."

Amig@s, llenemos nuestros corazones con la ley de la hermandad y nuestras mentes con nobles ideales, para estar plenos y no vacíos como la carreta ruidosa.






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