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lunes, 18 de febrero de 2013

EL AMOR.

"Ventana abierta"


EL AMOR

Amig@s, la Religión nunca está reñida con el humor,
y la risa todos sabemos que es salud, siempre que con ella no se hiera ni se escandalice a nadie, ¿verdad?  

 

 En la selva amazónica,
la primera mujer y el primer hombre se miraron con curiosidad. Era raro lo que tenían entre las piernas.

-Te han cortado?- preguntó el hombre.

- No – dijo ella- Siempre he sido así.

El la examinó de cerca. Se rascó la cabeza. Allí había una llaga abierta. Dijo:
-No somos yuca, ni plátanos, ni ninguna fruta que se raje al madurar. 
Yo te curaré. 
Échate en la hamaca y descansa.


Ella obedeció. 
Con paciencia tragó los menjunjes de hierbas y se dejó aplicar las pomadas y los ungüentos. 
Tenía que apretar los dientes para no reírse, cuando él le decía:
- No te preocupes.

El juego le gustaba, aunque ya empezaba a cansarse de vivir en ayunas y tendida en una hamaca. 
La memoria de las frutas le hacía agua la boca.

 

Una tarde, el hombre llegó corriendo a través de la floresta. Daba saltos de euforia y gritaba:
-¡Lo encontré! ¡Lo encontré!


  

Acababa de ver al mono curando a la mona en la copa de un árbol.
-Es así- dijo el hombre, aproximándose a la mujer.


Cuando terminó el largo abrazo, un aroma espeso, de flores y frutas, invadió el aire. De los cuerpos, que yacían juntos, se desprendían vapores y fulgores jamás vistos, y era tanta su hermosura que se morían de vergüenza los soles y los dioses.

Eduardo Galeano.




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