"Ventana abierta"
La familia unida
La familia unida requiere un esfuerzo constante o, mejor dicho, una atención constante por cultivar continuamente las funciones personales de la relación familiar. Esta atención comienza desde antes de elegir a la pareja; de hecho, ahí se juega la mayor baza que después será muy difícil corregir. Siempre es útil un consejo fundamental: a la hora de casarse conviene fijarse más en las funciones personales que en las institucionales. Quizás el problema está en que, lo que en teoría consideramos el principal valor -la familia unida-, en la práctica queda relegado a una de las responsabilidades menos prioritarias de nuestra vida. Ponemos primero la utilidad y luego, el amor. Pero el amor es como los idiomas, que si no lo cultivas cada día, se olvida.
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