Páginas

viernes, 15 de julio de 2011

Pegar a un niño

"Ventana abierta"

 

Pegar a un niño
 
 Os recomiendo el post:
A mí también me pegaron (y no me ha pasado nada) 
del blog de Armandilio

Es una pena que usar la violencia con los niños pequeños siga siendo tan frecuente.
Es terrible. Tanto como sus consecuencias.

Aquí os dejo
dos poemas del uruguayo
Emilio Asís Catichas Cáceres,
  que me han encantado, tristes y realistas, que nunca debieran emplearse bajo ninguna circunstancia, en contra de ninguna criatura y además tan indefensa:




Tus golpes no sólo hieren mi cuerpo…
Y mi amor se quedará
¡Golpean mi corazón!
Me hacen duro y rebelde,
terco, torpe y agresivo.


Tus golpes me hacen sentir miserable,
pequeño e indigno de ti… mi héroe.


Tus golpes me llenan de amargura,
bloquean mi capacidad de amar,
acrecientan mis temores y
nace y crece en mí el odio.


Papi, tus golpes me alejan de ti,
me enseñan a mentir,
cortan mi iniciativa y mi creatividad,
mi alegría y mi espontaneidad.


No me golpees más…
soy débil e indefenso ante tu fuerza;
tus golpes enlutan mi camino,
y sobre todo endurecen mi alma.


La fuerza de tu razón es superior
a la fuerza de tus golpes;
si no te entiendo hoy
¡pronto lo haré!

 

si eres justo e insistes en explicármelo…
Más poderosos que tus golpes,
más efectivos y grandiosos
son tu afecto, tus caricias, tus palabras.


Papi tu grandeza no está
en el poder de tu fuerza física.
Tú, mi héroe, eres mucho más
cuando no necesitas de ella para guiarme…

 

Bajo la cama

Con un niño maltratado
Está, mi amor escondido,
Metido bajo la cama
Doblado como un ovillo,
Esperando nuevos golpes,
Esperando nuevos gritos.


Con las manos en la cara
Tapa también sus oídos;
Llora muy bajo
Para que no puedan oírlo.


A veces por el cansancio
se va quedando dormido
y, sueña que si, lo aman
como lo merece un niño.

 

De repente se despierta
Temblando esta vez de frío,
sin nadie que lo caliente,
en el absoluto olvido.

Se pregunta “¿y yo que hice?”
He sido bueno, lo he sido.
Pero no hay razón alguna
para maltratar un niño.


La confianza y la inocencia
Quedarán en el olvido;
Endurecido y violento
así crecerá el niño.


Por siempre, siempre escondido
Pues el miedo le dirá
Si sales será lo mismo.








No hay comentarios:

Publicar un comentario