lunes 15 de marzo de 2010
EXPLICACIÓN CARTELLa vida del monaguillo sólo se entiende desde la Eucaristía. Pensar en un monaguillo es pensar en la misa; en su preparación, celebración y en su adoración. Es el monaguillo el que prepara la misa diaria y el que mejor se debe disponer para la misma. En cada celebración el monaguillo es el que más cerca está de Jesús Eucaristía, el que la sirve más de cerca. Al acabar la misa, el monaguillo reza y adora ante Jesús Eucaristía, bien en la exposición del Santísimo, bien en el sagrario.
Teniendo en cuenta la estrecha e íntima relación entre la vida del monaguillo y la Eucaristía miramos el cartel y observamos que en el centro aparece la Sagrada Forma en el momento de la consagración de la misa. Es el acto central de la jornada de cualquier cristiano, mucho más de todo monaguillo.
En la parte inferior aparecen dos santos señalándole a los monaguillos la Sagrada Hostia.
En la escena izquierda está San Juan María Vianney– El Cura de Ars- con un monaguillo. Le está señalando la Eucaristía. Nos recuerda cuando el cura de Ars miraba al sagrario y repetía constantemente “Está ahí”, “Nos espera”. Es una lección para todos nosotros. También hoy sigue diciendo el Cura de Ars: “Está ahí”, Jesucristo te espera, día y noche, con frío o con calor, en la soledad de cada sagrario, siempre está la lamparita encendida diciendo “Aquí vive Jesucristo, ven a visitarlo”.
La otra escena representa a San Pelagio, patrón del Seminario de Córdoba, también señalando la Sagrada Eucaristía. San Pelagio fue un niño de unos 12 años, que por defender su fe y su pureza sufrió el martirio, murió por Cristo. Prefirió el amor y la fe a Cristo que su propia vida. Su cuerpo fue roto, igual que el de Jesucristo en la Cruz. Fue víctima como Jesús. San Pelagio señalando la eucaristía nos recuerda dónde encontrar fuerza para ser cristianos el día a día y cómo en la misa presentamos nuestros sacrificios, que junto a los del Cristo los elevamos al Padre.
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