LA GUERRA DEL FIN DE AÑO,
LA REPETIDA GUERRA,
LA PAZ URGENTE
A la vez que celebramos y nos deseamos felicidad para el año que viene, y lo hacemos con toda sinceridad, y es lo que corresponde porque hemos nacido para tener vida y tenerla en abundancia,
la guerra enmarca este fin de año.
Por eso nuestro deseo más intenso es que amaine la violencia.
la guerra enmarca este fin de año.
Por eso nuestro deseo más intenso es que amaine la violencia.
En Gaza o en Vizcatán, en Pakistán o la selva de Colombia, en cualquier otro lugar del mundo en la que las circunstancias hayan armado las manos y desarmado el diálogo, para felicidad de los vendedores de armas y los vendedores de muertes, la urgencia es la paz.
También es de desear que, en el plano local, distraídos por tanta construcción de realidad farandulera y minuciosa desinformación de temas importantes, la paz no nos sea indiferente.
Sólo le pido a Dios
Sólo le pido a Dios
que el dolor no me sea indiferente,
que la reseca muerte no me encuentre
vacío y solo sin haber hecho lo suficiente.
Sólo le pido a Dios
que lo injusto no me sea indiferente,
que no me abofeteen la otra mejilla
después que una garra me arañó esta suerte.
Sólo le pido a Dios
que la guerra no me sea indiferente,
es un monstruo grande y pisa fuerte
toda la pobre inocencia de la gente.
Sólo le pido a Dios
que el engaño no me sea indiferente
si un traidor puede más que unos cuantos,
que esos cuantos no lo olviden fácilmente.
Sólo le pido a Dios
que el futuro no me sea indiferente,
desahuciado está el que tiene que marchar
a vivir una cultura diferente.
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