Páginas

jueves, 21 de abril de 2011

Jueves Santo


Este día siempre estará marcado por lo que un día en él dijo e hizo Jesús de Nazaret:
"Amáos los unos a los otros como yo os he amado, en esto conocerán que sois mis discípulos".
Quien así dijo, hizo más, se entregó inocente por todos nosotros pecadores.

Hoy nosotros podemos quedarnos con el profundo sonido de la frase, o darnos decididamente cuenta de que amar es: compartir, y hacer justicia, y soltar cadenas, y romper barreras partiendo el propio corazón.

Día del Amor Fraterno es hoy.
Él tomó el pan, lo partió y dijo:
"Comed todos de él, porque esto es mi Cuerpo que se entrega por vosotros".

Nosotros, muchas veces, guardamos nuestro pan y nuestra vida en la alacena donde se endurece y pierde.
¡Amémonos de verdad!
Porque el pan que endurece sobre nuestra mesa, se tornará en grito por no ser compartido.


María fue una persona normal.

María fue directamente una persona normal, con sus problemas, sus dificultades, sus necesidades.

Muchas veces se acelera nuestra vida también, buscando resolver nuestras propias necesidades; y hoy, en esta sociedad que nos toca vivir -yo diría que- más todavía.

Nuestro mundo, nuestro país, no podrán ver días mejores si no hacemos un esfuerzo colectivo grande, ¡muy grande!, para escuchar el clamor de los que sufren, de los que tienen cualquier necesidad, de todas esas personas que buscan dar una respuesta a su vida.

Y María supo también, en su momento, estar con los necesitados.

Recordemos aquel pasaje evangélico en "Las bodas de Caná".
Ella intercede por los festejados para decir a Jesús:
"No tienen vino".


"No tienen pan",
 podemos decir también hoy:


No tienen trabajo.
No hay, quizá, tampoco mucha justicia.
No tienen libertad.
No tienen diálogo y amor.
No tienen donde pasar las noches frías.
No tienen casa.
No tienen esperanza.
No hay proyecto en su vida, porque sólo el proyecto que tienen es el personal, el de ganas de vivir.
Pero como realización de un proyecto social, de un proyecto comunitario no hay, por tantos y tantos egoísmos de los hombres de este mundo.

Por eso María, en ese mundo social que supo también tener y encontrar sus dificultades, supo dar una respuesta siempre humana de solidaridad, de compromiso, supo, en una palabra, crear esperanza.


 

No hay comentarios:

Publicar un comentario