En el silencio de la noche
escucho un suave susurro,
viene montado en el viento
trayendo un beso tuyo.
También trae "te quieros,
caricias y amor eterno",
mientras cuenta a quien le escucha
que no hay un amor como el nuestro.
Se lo cuenta a aquella estrella
que baila con un lucero,
y en el Olimpo, los dioses,
de nosotros sienten celos.
Dios quiso bendecirnos
con este cariño sincero,
y por siempre nos querremos
con este amor verdadero.
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