Juan Pablo II:
"Vosotros tenéis un puesto importante en la Iglesia, si sabéis interpretar vuestra situación difícil a la luz de la fe y si, bajo esta luz, sabéis vivir vuestra enfermedad con corazón generoso y fuerte.
Cada uno de vosotros puede entonces afirmar con San Pablo:
"Completo en mi carne lo que falta a los sufrimientos de Cristo, a favor de su Cuerpo que es la Iglesia".
(Col 1, 24).
Querido hermano/a, enfermo/a, si alguien o algo te hace pensar que has llegado al final del camino, ¡no le creas!
Si conoces el Amor eterno que te ha creado, sabes también que, dentro de ti, hay un alma inmortal.
Existen varias estaciones en la vida; si acaso sientes que llega el invierno, quiero que sepas que esta no puede ser la última estación, porque la última será la primavera: la primavera de la resurrección.
La totalidad de tu vida se extiende infinitamente más allá de sus fronteras terrenas: prevé el Cielo".
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