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miércoles, 29 de diciembre de 2010

"Señor, ven a mi puerta".


SEÑOR, VEN A MI PUERTA.
Autor desconocido.

Ven a llamar a mi puerta, Jesús Divino,
antes que el sueño de la muerte venga
y me cubra de silencio y de frío...

Cierto es, que a veces, en forma de un anciano,
solo y triste llegaste a mi puerta,
y al verte ahí,

apoyado la mano en tu cayado,
con polvo del camino y tan cansado,
¡no te abrí!

A veces eras niño con hambre y mucho frío,
y ni un trocito de pan, menos de cariño,
¡tuve para Ti!

Y en aquella otra ocasión, un pobre enfermo
reflejaba el dolor en su semblante;
y llamando con mano vacilante,
una limosna por amor rogaba.

Esta vez al abrir, sentí de pronto,
el horror que aquel hombre me causaba,
las llagas de su cuerpo supuraban;
y al pensar que su mal me contagiara,
¡cerré la puerta de golpe y en su cara!

En forma de un mendigo o de un lisiado,
¡cuántas veces SEÑOR habrás llamado!,
y yo me he hecho sordo a tu llamada.

Buscaste caridad donde no había,
un poco de calor y no lo hallabas;
sólo hubo mezquindad y en  mi osadía
negaba todo a AQUEL que me lo daba.

Si al corazón contrito y humillado,
por tu inmensa bondad has perdonado,
¡perdóname SEÑOR, ven a mi puerta!
Hay tanta soledad y está desierta...



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