"Ventana abierta"
DOMINGO III DE
PASCUA (C)
(He 5,27-40) “Hay que obedecer a Dios antes que a los
hombres”.
(Ap 5,11-14) Digno es el cordero degollado de recibir el
poder, la riqueza, la sabiduría…
(Jn 21,1-19) No se
atrevían a preguntarle quién era, sabían bien que era el Señor.
.-Nadie
le reconoce… pero sabían bien que era el Señor. Lo importante no es lo
que pasó en Jesús, antes de morir o después, sino lo que pase en cada uno de
nosotros.
Nuestro
problema sigue siendo la experiencia pascual. Se trata de una vivencia interior
que, o se tiene y entonces no hay que explicar nada, o no se tiene y entonces
no hay manera de explicarla. Esta simple constatación es la clave para afrontar
los textos evangélicos que quieren transmitir dicha experiencia. No hay ni
palabras ni conceptos en los que poder meter la realidad vivida, por eso lo
primeros cristianos acudieron a los relatos simbólicos.
El
objeto de estos textos no es explicar ni convencer, sino invitar a la misma
experiencia que hizo posible la absoluta seguridad de que Jesús estaba vivo.
Descubriremos la fuerza arrolladora de esa Vida y podremos intuir la
profundidad del cambio operado en ellos. Las autoridades religiosas y romanas
no sólo pretendieron matar a Jesús, sino borrarle de la memoria de los vivos.
La crucifixión llevaba implícita la absoluta degradación del condenado y la
práctica imposibilidad de que esa persona pudiera ser rehabilitada de ninguna
manera.
La
probabilidad de que Pilato condenara a la cruz a Jesús por la mañana y por la
tarde permitiera que fuera enterrado con aromas y ungüentos, en un sepulcro
nuevo, es prácticamente inexistente. Pero es lógico, que los primeros
cristianos tratasen de eliminar las connotaciones aniquilantes de la muerte de
Jesús. También es natural que, al contar lo sucedido a los que no conocieron los hechos, tratasen de omitir todo aquello que había sido inaceptable para ellos
mismos y los sustituyeran por relatos más de acuerdo con su deseo.
En
el relato que hoy leemos, nada es lo que parece. Todo es mucho más de lo que
parece. Responde a un esquema teológico definido, que se repite en todas las apariciones.
No pretenden decirnos lo que pasó en un lugar y momento determinado, sino
transmitirnos la experiencia de una comunidad que está deseando que otros seres
humanos vivan la misma realidad que ellos estaban viviendo. En aquella cultura,
la manera de transmitir ideas, era a través de relatos, que podían estar
tomados de la vida real o construidos para el caso.
«Se manifestó» (ephanerôsen) tiene
el significado de “surgir de la oscuridad”. Implica una manifestación de lo
celeste en un marco terreno. “Al amanecer”, cuando se está pasando de la noche
al día, los discípulos pasan de una visión terrena de Jesús a través de los
sentidos, a una experiencia interna que les permite descubrir en él, lo que no
se puede ver ni oír ni tocar. Seguimos el esquema, de que hablábamos el domingo
pasado.
1º Situación dada.- Los discípulos están pescando, es
decir, habían vuelto a su tarea habitual, ajenos a lo que les va a pasar, ni lo
esperan ni lo buscan. Los discípulos están juntos, es decir, forman comunidad. No
se hace alusión a los doce. Aparece el siete que es signo de plenitud, (todas
las naciones paganas). Misión universal de la nueva comunidad. La noche
significa la ausencia de Jesús. Sin él, la labor misionera es estéril. El
relato distorsiona la realidad a favor del simbolismo. La pesca se hace de
noche, no de día. Sin embargo aquella a la que se refiere el relato, se
consigue cuando se siguen las directrices de Jesús.
2º Jesús se hace presente.- Toma la
iniciativa y, sin que ellos lo esperen, aparece. La primera luz de la mañana es
señal de la presencia de Jesús. Continúa el lenguaje simbólico. Jesús es la luz
que permite trabajar y dar fruto. Jesús no les acompaña; su acción en el mundo
se ejerce por medio de los discípulos. Las palabras de Jesús son la clave para
dar fruto. Cuando siguen sus instrucciones, encuentran pesca y le descubren a
él mismo.
3º Saludo.- Una conversación que pretende acentuar la
cercanía. “Muchachos» (paidion) diminutivo de (pais) = niño. Es el “chiquillo
de la tienda”. Al darles ese nombre, está exigiéndoles una disponibilidad
total. Por parte de Jesús, la obra está terminada. Él tiene ya pan y pescado.
Ellos tienen que seguir buscando y compartiendo ese alimento. Jesús sigue en la
comunidad, pero sin actuar directamente en la acción que ellos tienen que
realizar.
4º Lo reconocen.- La dificultad de
reconocerle se manifiesta en que sólo uno lo descubre, el que está más
identificado con Jesús. Reconoce al Señor en la abundancia de peces, es decir,
en el fruto de la misión. Sólo el que tiene experiencia del amor, sabe leer las
señales. El éxito, es señal de la presencia del Señor. El fracaso delataba la
ausencia del mismo. Juan, comunica su intuición a Pedro. Así se centra la
atención en éste para introducir lo siguiente.
Pedro no había
percibido la presencia, pero al oír al otro discípulo comprendió enseguida. El
cambio de actitud de Pedro, reflejado de un modo simbólico en la palabra «se
ató». La misma que se utilizó Jn para designar la actitud de servicio cuando
Jesús se ató el delantal en el relato de la última cena. Se tira al agua
después de haberse ceñido el símbolo del servicio, dispuesto a la entrega. Sólo
Pedro se tira al agua, porque sólo él necesita cambiar de actitud. Jesús no
responde al gesto de Pedro; responderá un poco más tarde.
No
ven primero a Jesús, sino fuego y la comida, expresión de su amor a ellos. Son
los mismos alimentos que dio Jesús antes de hablar del pan de vida. Allí el pan
lo identificó con su carne, dada para que el mundo viva. Es lo que ahora les
ofrece. El alimento que les da él se distingue del que ellos logran por su
indicación. Hay dos alimentos: uno es don gratuito, otro se consigue con el
esfuerzo. El primero lo aporta Jesús. El segundo lo deben poner ellos.
El
don de sí mismo queda patente por la invitación a comer y es tan perceptible
que no deja lugar a duda. Recuerda la multiplicación de los panes. Es el mismo
alimento, pan y pescado. Jesús es ahora el centro de la comunidad, donde
irradia la fuerza de vida y amor. Esa presencia hace capaces a los suyos de
entregarse como él. Al decirnos que es la tercera vez que se aparece, significa
que es la definitiva. No tiene sentido esperar nuevas apariciones.
5º La misión.- Hoy
se personaliza la misión en otro personaje, Pedro. Había reconocido a Jesús
como Señor, pero no lo aceptaba como servidor a imitar. Con su pregunta, Jesús
trata de enfrentar a Pedro con su actitud. Sólo una entrega a los demás como la
de Jesús, podrá manifestar su amor. La respuesta es afirmativa, pero evita toda
comparación. Sólo él lo había negado. Jesús usa el verbo “agapaô” = amor. Pedro
contesta con “phileô” =querer, amistad.
Apacentar.
Jesús le pide la muestra de ese amor. Procurar pasto es comunicar Vida. Sólo
puede hacerse en unión con Jesús. “corderos” y “ovejas” indican a los pequeños
y a los grandes. Debe renunciar a toda idea de Mesías que no coincida con lo
que Jesús es. Pedro le había negado porque no estaba dispuesto a arriesgar su
vida. Para la misión Jesús es modelo de pastor, que se entrega por las ovejas.
Para la comunidad, es el único pastor.
Al
preguntarle por 3ª vez, pone en relación este episodio con las tres negaciones.
Espera una rectificación total. Ahora es Jesús el que usa el verbo “phileô” me
quieres, que había utilizado Pedro. Le hace fijarse en ello y le pregunta si
está seguro de lo que ha afirmado. Ser amigo significa renunciar al ideal de
Mesías que se había forjado. Jesús no pretende ser servido sino que sirva a los
demás. Pedro comprende que la pregunta resume su historia de oposición.
Meditación
Sólo el discípulo más cercano a
Jesús, lo reconoce.
Si vivo la presencia de Jesús dentro
de mí,
lo descubriré en los acontecimientos
más sencillos de la vida.
No lo buscaré en personas o hechos
espectaculares.
Si pongo amor en las cosas que hago,
estaré haciendo presente al Dios
manifestado en Jesús.
No hay comentarios:
Publicar un comentario