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martes, 30 de abril de 2019
5 revelaciones sorprendentes del “tercer secreto” de Fátima. 13 - Mayo - 2016
"Ventana abierta"
5
revelaciones sorprendentes del “tercer secreto” de Fátima
En el 2000, el entonces cardenal Joseph Ratzinger explicó los signos y
los símbolos de las apariciones marianas.
Durante todo el siglo
pasado, individuos de todas partes del mundo han elaborado teorías para
descifrar el mensaje oculto en los “tres secretos” de Fátima, pero sor Lucía
dijo que la interpretación pertenecía no al vidente, sino a la Iglesia.
Toca
a la Iglesia interpretar los diversos signos y símbolos de Nuestra Señora de
Fátima para ofrecer a los fieles una guía clara en la comprensión de lo que
Dios quiere revelar.
La
Iglesia hizo exactamente esto en el 2000, cuando el entonces cardenal Joseph Ratzinger, prefecto de
la Congregación para la Doctrina de la Fe, escribió un largo
comentario-interpretación a nivel teológico del famoso “tercer secreto”.
Al
cardenal se le encargó que aclarara los signos y símbolos que se encontraban en
las visiones de la Virgen, e hizo algunos descubrimientos
extraordinarios.
Aquí
cinco revelaciones sorprendentes que se desprenden del “tercer secreto” de
Nuestra Señora de Fátima tal y como lo interpretó el cardenal Ratzinger (ahora
papa emérito Benedicto XVI).
¡Penitencia, penitencia, penitencia!
¡Penitencia, penitencia, penitencia!
“La
palabra clave de este “secreto” es el triple grito: “¡Penitencia, Penitencia,
Penitencia!”. Nos vuelve a la mente el inicio del Evangelio: paenitemini et
credite evangelio (Mc 1, 15). Comprender los signos del tiempo significa:
comprender la urgencia de la penitencia – de la conversión – de la fe. Esta es
la respuesta correcta al momento histórico, que está caracterizado por grandes
peligros, los cuales serán delineados en las imágenes sucesivas”.
El mensaje central de Nuestra Señora de Fátima era “Penitencia”. Ha querido
recordar al mundo la necesidad de alejarse del mal y de reparar los daños
provocados por nuestros pecados. Esta es la “clave” para comprender el resto
del “secreto”. Todo gira en torno a la necesidad de penitencia.
Nosotros hemos forjado la espada de fuego
“El
ángel con la espada de fuego a la izquierda de la Madre de Dios recuerda
imágenes análogas del Apocalipsis. Este representa la amenaza del juicio, que
se cierne sobre el mundo. La perspectiva que el mundo podría ser carbonizado en
un mar de llamas, hoy no parece ya que sea una pura fantasía: el hombre mismo
ha preparado con sus inventos la espada de fuego. La visión muestra después la
fuerza que se contrapone al poder de la destrucción — el esplendor de la Madre
de Dios, y, procedente en cierto modo de ello, la llamada a la penitencia”.
Esta
parte de la aparición tiende a ser la más angustiosa. Parece que Dios puede
destruirnos a todos con una “espada de fuego”.
Pero
el cardenal Ratzinger, sin embargo, subraya que la “espada de fuego” sería algo
que creamos nosotros (como la bomba atómica) más que un fuego que desciende del
cielo. La buena noticia es que la visión afirma que la espada de fuego se
extingue al contacto con el esplendor de la Virgen, en conexión con la llamada
a la penitencia. La Virgen tiene la última palabra, y su esplendor puede
detener cualquier cataclisma.
El futuro no está grabado en piedra
“Se
subraya la importancia de la libertad del hombre: el futuro no está de hecho
determinado de modo inmutable, y la imagen, que los niños vieron, no es un film
anticipado del futuro, del que nada podría ser cambiado. Toda la visión sucede
en realidad sólo para apelar a la libertad humana, para encaminarla en una
dirección positiva… El sentido de la visión … es… el de movilizar las fuerzas
del cambio al bien”.
Contrariamente
a la convicción popular, las intensas visiones ofrecidas por Nuestra Señora de
Fátima no son una previsión de lo que sucederá. Son una previsión de lo que
podría suceder si no respondemos al llamamiento a la penitencia y a la
conversión del corazón que la Virgen hace. Tenemos aún nuestro libre albedrío,
y se nos exhorta a usarlo por el bien de toda la humanidad.
La sangre de los mártires es semilla de la
Iglesia
“La
conclusión del ‘secreto’… es una visión consoladora, que quiere hacer permeable
al poder curador de Dios una historia de sangre y lágrimas. Los ángeles recogen
bajo los brazos de la cruz la sangre de los mártires y riegan así las almas,
que se acercan a Dios… Como por la muerte de Cristo, de su costado abierto,
nació la Iglesia, así la muerte de los testigos es fecunda para la vida de la
Iglesia. La visión de la tercera parte del ‘secreto’, tan angustiosa al
principio, se concluye con una imagen de esperanza: ningún sufrimiento es vano,
y precisamente una Iglesia sufriente, una Iglesia de mártires, se convierte en
signo indicador para la búsqueda de Dios por parte del hombre”
Es
verdad que la visión contiene mucho sufrimiento, pero no es en vano. La Iglesia
puede tener que sufrir mucho en los años venideros, y esto puede no ser una
sorpresa. La Iglesia ha vivido la persecución desde la crucifixión, y nuestro
sufrimiento en la época actual producirá efectos positivos solo en el futuro.
Tened valor, yo he vencido al mundo
“‘Mi
Corazón Inmaculado triunfará’. ¿Qué significa? El Corazón abierto a Dios,
purificado por la contemplación de Dios, es más fuerte que los fusiles y que
las armas de todo tipo … El maligno tiene poder en este mundo … tiene poder
porque nuestra libertad se deja continuamente separar de Dios. Pero… la
libertad para el mal no tiene la última palabra. Desde entonces vale la
palabra: ‘En el mundo tendréis tribulaciones, pero ánimo, yo he vencido al
mundo’ (Jn 16, 33). El mensaje de Fátima nos invita a confiar en esta promesa”.
Para
concluir, el “secreto” de Fátima nos da esperanza en este mundo lacerado por el
odio, por el egoísmo y por la guerra. Satanás no triunfará, y sus planes
malvados serán obstaculizados por el Corazón Inmaculado de María. Podrá haber
sufrimiento en el futuro próximo, pero si nos agarramos a Jesús y a Su Madre
saldremos victoriosos.
HOY EL RETO DEL AMOR ES DAR GRACIAS POR SOR MATILDE. 30 - Abril - 2019
"Ventana abierta"
HOY EL RETO DEL AMOR ES
DAR GRACIAS POR SOR MATILDE
Hola, buenos días. Hoy son las Bodas de Oro de sor
Matilde; sí, 50 años que hizo su Profesión Religiosa. Por ello, le he
preguntado que si querría compartirnos cómo fue su testimonio, para que demos
gracias al Señor por su vida.
JESUCRISTO ES EL MISMO AYER, HOY
Y SIEMPRE
Me piden que cuente un poco cómo fue mi vocación y el
camino que hice en el seguimiento de Jesús, para toda la vida. Pues, aquí va:
Ya sabemos que, cuando Jesús nos llama a seguirle, lo ha
preparado todo desde la eternidad y cada paso está marcado por su Providencia.
Así, fue Providencia que yo padeciera una enfermedad
mortal a la edad de nueve años: fue una meningitis muy grave, con la que luché
un año entero, entre la vida y la muerte. Padecía frecuentes ataques de pérdida
de conciencia; a momentos, no veía; y los dolores de cabeza continuos eran
insoportables…
Mi madre, viendo que de la tierra no podían darle
auxilio, recurrió al Cielo, y pidió a la Virgen María de Fátima que me curara…
Así me lo explicó ella, y me preguntó: “¿Crees que si bebes agua de Fátima, te
vas a curar, por la intervención de la Virgen?”... Y yo le dije que sí lo
creía… Y con esto, me fui curando, milagrosamente, cuando los médicos me daban
por muerta… ¡Y no me quedó ninguna secuela de la enfermedad!
Este episodio se grabó como un sello en mi alma de niña,
pero con los años, lo sepulté en el olvido y no me acordé de más…
Aproximadamente a los veinte años, comenzó otro
calvario, que se me grabó más, porque fue el momento en que se me desveló la
llamada de Dios, para que estuviera siempre con Él…
Con mucha ignorancia y desenfado, así como sin
discernimiento, me embarqué en un noviazgo que duró tres años: mucho
sufrimiento, muchos celos, muchas agresiones verbales... y yo, por compasión
mal entendida, no sabía ni cortar ni acabar con esta situación…
En ese tiempo, yo oraba mucho: “¡Dios mío, ayúdame!”.
Era mi plegaria continua… Y Dios, vino en mi auxilio y me arrancó de todo esto,
sin haber yo intervenido para nada: todo fueron persuasiones que le dieron a él
porque yo “no le convenía”…
Sí, todo acabó, pero yo me sentí herida de una tristeza
y fracaso muy grande… Y para colmo, mi madre, todavía joven, padeció un cáncer
fulminante y el Señor se la llevó al Cielo. Y digo esto porque, en el funeral,
el sacerdote afirmó: “En el séptimo piso, ha muerto una mujer santa”…
Con estos dos duros golpes, casi seguidos, me amparé en
un escepticismo e indiferencia, porque ya no podía sufrir más… Pero en este
momento, ¡el Señor me esperaba!…
Me hizo conocer a un dominico joven, que me acogió como
estaba y me hablaba del amor de Jesús, como nunca yo había oído… No, yo no
tenía ese amor, pero lo deseaba: Un amor que nunca falla, que quería acogerme
como estaba…
Este dominico, me llevó con él, quince días, a éste, mi
convento de Lerma... Todo el tiempo estaba sola estudiando y él atendía a las
monjas… Y aquí, en esta soledad, pensaba: “Si yo tuviera lo que tienen estas
mujeres, me iría con ellas”… ¡Pero no lo tenía y lo deseaba!…
Así, el último día de mi estancia aquí, decidí
confesarme con este cura… ¡pero no pude!… ¡Sucedió algo extraordinario!
Desde el Sagrario, una voz que yo oía con claridad, me
decía con fuerza y repetidamente: “¡¡¡Ven, ven, ven...!!!”. Entonces, ¡reconocí
que era Jesús el que me llamaba!... Y rompí a llorar sin consuelo, diciéndole:
“¡Ya voy, Señor, ya, si quieres ahora mismo! ¡Ya voy, ya voy...!”.
Este diálogo, no sé lo que duró, pero fue inefable y
cambió completamente mi corazón y mi vida… ¡Había nacido de nuevo, para otra
realidad, yo no me conocía!
Me acerqué al dominico y le dije: “¡¡Ya está, ya
está...!!”. Él no sabía de qué hablaba y me respondió: “¿Ya está qué?”. Le
dije: “Quiero ser monja, ya, ahora mismo, el Señor me llama para Sí”…
Volví a Madrid, y mis ojos y lo que contemplaba, no era
lo que yo dejé… Todo me hablaba de Dios: los niños, los viejos, la gente, el
autobús, el metro… ¡Todo, todo!... ¡Fue una borrachera de Dios, en donde ni yo
misma me reconocía!… ¡Esto sí que era felicidad, de la que no se acaba, porque
su fuente es Dios mismo!…
¡Doy infinitas gracias a Dios, porque me miró y me sigue
mirando con tanta ternura y caridad!...
* * *
Hoy el reto del amor es dar gracias por sor Matilde. Ora
por ella, dando gracias al Señor por su vida, por su entrega incansable y por
su deseo de llevar a todos a Jesús. Después de 50 años, ¡aquí está, llevándonos
al Señor con el reto, compartiendo meditaciones de la Palabra en nuestra web...
y atendiendo con cariño a tantas personas! Demos gracias a Cristo por este
testimonio vivo de que “el amor del Señor se renueva cada mañana”. ¡Feliz día!
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¡Feliz día!
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lunes, 29 de abril de 2019
Canción: Letra, recordando a su padre. "El Amor no se Puede Olvidar". Dúo Pimpinela
" Ventana abierta"
El Amor no
se Puede Olvidar
Lucía: Hay
amores que no se olvidan,
Aunque el
tiempo los deje atrás,
Aunque sin
ellos la vida siga...
El amor no
se puede olvidar,
El amor no
se puede olvidar,
El amor si
fue amor de verdad,
El amor no
se puede olvidar...
Lucía y
Joaquín: Hoy de nuevo nos encontramos,
Joaquín: Y
aunque ya nada es igual,
Al
despedirnos los dos pensamos...
Lucía y
Joaquín: El amor no se puede olvidar,
El amor no
se puede olvidar,
El amor si
fue amor de verdad,
El amor no
se puede olvidar...
Lucía y
Joaquín: Todos tenemos alguien por quien llorar,
Todos
tenemos alguien que recordar,
Lucía: Por
más que ya no estén,
Aunque no
vuelvan más,
Lucía y
Joaquín: El amor no se puede olvidar,
El amor no
se puede olvidar,
El amor si
fue amor de verdad,
El amor no
se puede olvidar. . .
Lucía: A mi
padre yo le decía,
Coro: Yo le
decía...
Lucía:
"Júrame que no morirás... "
Y él me
respondió...
Joaquín:
"Yo estaré a tu lado toda la vida... "
Lucía y
Joaquín: El amor no se puede olvidar,
El amor no
se puede olvidar,
El amor si
fue amor de verdad,
El amor no
se puede olvidar...
Lucía y
Joaquín: Todos tenemos alguien por quien llorar,
Todos
tenemos alguien que recordar,
Lucía: Por
más que ya no estén,
Aunque no
vuelvan más,
Lucía y
Joaquín: El amor no se puede olvidar,
El amor no
se puede olvidar,
El amor si
fue amor de verdad,
El amor no
se puede olvidar...
HOY EL RETO DEL AMOR ES TRANSMITIR UN CLIMA CÁLIDO A LOS DE TU ALREDEDOR. 29 - Abril - 2019
"Ventana abierta"
HOY EL RETO DEL AMOR ES
TRANSMITIR UN CLIMA CÁLIDO A LOS DE TU ALREDEDOR
Hola, buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que
pases un feliz día.
LIBRÁNDOME DE LAS CAPAS
La primavera ya va avanzando, y se nota un gran cambio.
El sol calienta, la huerta está preciosa, llena de vida; la luz alegra el día
y... ¡van sobrando capas!
Normalmente, en invierno y en los meses fríos, llevamos
unas cuantas capas de ropa encima, sobre todo las más frioleras.
Si ya le dijimos adiós a la capa negra en la Vigilia
Pascual, ahora ya comenzamos a decir adiós a esas capas térmicas, forros...
Ayer, al ponerme la ropa de coro antes de Vísperas, me
daba cuenta de esto. Y aquello de “quitarse capas” se me quedó clavado.
Bajé a Vísperas y, mientras oraba, el Señor me regaló
ver qué importante es liberarse de esas capas que nos vamos poniendo.
Porque Dios, cuando nos hizo a cada uno, nos pensó con
todo detalle, nada en nosotros es por casualidad. Nos regaló la vida y nos dio
una misión a cada uno.
Lo que sucede es que, desde que nacemos, nosotros
mismos, por las circunstancias que cada uno vamos viviendo, nos vamos poniendo
capas encima que van ocultando la verdadera persona que Él había soñado. Esas
capas son nuestras capas de complejos, capas de miedos, de desconfianzas...
Y, al igual que cuando sentimos calor nos quitamos
alguna capa, también es necesario sentir “calor”, el calor del Amor, para poder
ir dejándonos quitar esas capas o máscaras con las que vivimos el día.
Nuestra fuente de calor es el Señor. Él, cuando te creó,
al contemplarte, le gustó su obra, vio que eras muy bueno. Por ello, si tú no
te ves así, acércate a esta fuente de calor para poder verte como Él te ve.
Allí no necesitas apariencias, allí puedes ser tú mismo, porque no hay nada que
temer. Allí tan solo necesitas dejarte amar.
Despojarse de todos esos complejos, de los miedos, de
las desconfianzas... es una gran liberación: de repente te das cuenta de que
eres libre para amar.
Hoy el reto del amor es trasmitir un clima cálido a los
de tu alrededor. Todos lo que nos hemos encontrado con el Señor, los que hemos
podido experimentar esa sanación, llevamos el Calor en nosotros: la alegría,
una palabra de consuelo, un gesto de cercanía, y una gran confianza... ¡al
calor del Amor todo se lleva mejor!
VIVE DE CRISTO
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domingo, 28 de abril de 2019
Comentarios a la Palabra de Dios. DOMINGO II DE PASCUA. CICLO C. 28 - Abril - 2019
"Ventana abierta"
Dominicas Lerma
Comentarios a la Palabra de Dios
DOMINGO II DE PASCUA
CICLO
C
Act. 5, 12-16
12 Por mano de los apóstoles se
realizaban muchas señales y prodigios en el pueblo... Y solían estar todos con
un mismo espíritu en el pórtico de Salomón,
13 pero nadie de los otros se atrevía
a juntarse a ellos, aunque el pueblo hablaba de ellos con elogio.
14 Los creyentes cada vez en mayor
número se adherían al Señor, una multitud de hombres y mujeres.
15 ... hasta tal punto que incluso
sacaban los enfermos a las plazas y los colocaban en lechos y camillas, para
que, al pasar Pedro, siquiera su sombra cubriese a alguno de ellos.
16 También acudía la multitud de las
ciudades vecinas a Jerusalén trayendo enfermos y atormentados por espíritus
inmundos; y todos eran curados.
- El prestigio de los
Apóstoles va en aumento. Estamos ante un sumario de la comunidad, su
crecimiento y su fuerza promotoras. Siempre la Iglesia
reunida en torno a los Apóstoles, su testimonio y su poder de curar. No en
balde, después del primer juicio oral de los apóstoles, la comunidad ha pedido
a Dios que alargue su “mano para que se hagan curaciones, señales y
prodigios mediante el nombre de su santo siervo Jesús” (4, 29). Ya lo vimos en la
curación del cojo de nacimiento, que con el don de curación de los apóstoles en
el nombre y la fuerza de Jesús, así como el servicio de amor al hombre enfermo,
sanó. En este poder curativo se denota el misterio de vida de la resurrección
de Jesús y la fuerza de la fe en el Señor glorificado y presente.
- Es posible que las personas
que colocaban sus enfermos en la calle y que esperaban la fuerza curativa de la
sombra de Pedro, tuvieran ideas equivocadas y primitivas, pero ello no quita
nada del motivo real de la curación llevada a cabo. También Pedro, en la
curación del cojo de nacimiento, tuvo que emplear el poder de la palabra ante
el pueblo que asombrado lo atribuía a un poder mágico y los llevó a la fe en
Jesús.
- Con nuestra suficiente
formación científica y el progreso de la medicina, juzgamos muy a prisa
esta sencillez creyente, que busca el tacto externo. También los
habitantes de Éfeso estaban impresionados de la fuerza curativa de Pablo y
aplicaban a los enfermos paños y ropa del apóstol y se curaban (19,
11s.) (Mc. 5, 29s) (Mc. 6, 56). La fe de esta gente sencilla en ese
poder curativo y el nombre de Jesús, realiza estas maravillas.
- La comunidad madre, todavía
se limitaba al espacio de la ciudad de Jerusalén: el grupo se reúne en
el pórtico de Salomón (3, 11). Todavía tienen la sensación de ser
judíos. Pero hay una extraña tensión entre ellos y los otros judíos. Una mezcla
de temor reservado y de honrada atención. Estas curaciones milagrosas
difundieron el llamamiento de los apóstoles e hicieron venir de todas
partes, e incluso de los contornos de Jerusalén, los que buscaban la curación
de forma que es comprensible que el Sanedrín a la expectativa les volviera a
echar mano a los apóstoles.
Ap. 1, 9-11a.12-13.17-19
9 Yo, Juan, vuestro hermano y
compañero de la tribulación, del reino y de la paciencia, en Jesús. Yo me
encontraba en la isla llamada Patmos, por causa de la Palabra de Dios y del
testimonio de Jesús.
10 Caí en éxtasis el día del Señor, y
oí detrás de mí una gran voz, como de trompeta, que decía:
11 « Lo que veas escríbelo en un
libro y envíalo a las siete Iglesias: a Efeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira,
Sardes, Filadelfia y Laodicea ».
12 Me volví a ver qué voz era la que
me hablaba y al volverme, vi siete candeleros de oro,
13 y en medio de los candeleros como
a un Hijo de hombre, vestido de una túnica talar, cen6ido al talle con un
ceñidor de oro.
17 Cuando lo vi, caí a sus pies como
muerto. El puso su mano derecha sobre mí diciendo: « No temas, soy yo, el Primero
y el Ultimo,
18 el que vive; estuve muerto, pero
ahora estoy vivo por los siglos de los siglos, y tengo las llaves de la Muerte
y del Hades.
19 Escribe, pues, lo que has visto:
lo que ya es y lo que va a suceder más tarde.
“;Visión inaugural” (1, 9-20)
(v.
9a) - Un profeta no
habla en nombre propio, ha de ser enviado y legitimado por Dios para
anunciar su palabra. Así era en los profetas del A.T. y ahora Juan experimenta
un llamamiento especial cuyas circunstancias se describen
aquí. Con la designación y misión por parte
de Dios, se da también la autoridad para con aquellos que son
objeto del encargo. Este, en su contenido y ejecución, es independiente del
conocimiento e idea humana, así como de la apreciación personal. El ministerio en
la Iglesia, como sucede con frecuencia en el mundo, no crea una relación de
superior y súbdito, pues en la Iglesia tienen todos un único Señor, a quien
todos están subordinados: Jesucristo y entre sí todos ellos son “hermanos” (Mt. 23, 8).
- Juan comparte
la misma gracia de la elección de Dios, así como la misma suerte
en el mundo. Cierto que ahora tienen ya (aunque invisiblemente)
participación en la realeza de su Señor glorificado, pero mientras están en la
tierra tienen que compartir primero la suerte que a Él le había deparado el
mundo (Mt. 10, 38s; 16, 24; 24, 9; Jn. 15, 20; 16, 33). La “tribulación” es el estado normal de la
Iglesia y la historia muestra que al ceder ésta, las más de las veces cede en
ella la concordia y la paz. En cambio, los males consolidan la unión
fraterna y crece la fidelidad de los fieles en virtud
de la espera confiada del Señor que ha de venir.
(v.
9b) - La tribulación de Juan.
Tiene su forma especial. El había proclamado la palabra de Dios en Asia (Act.
1, 8; 4, 33; 5, 32). Para hacerlo enmudecer y privar de su apoyo a las
comunidades cristianas del Asia Menor, fue desterrado de la tierra firme y
conducido a la fuerza a Patmos, isla rocosa de 40 Km2 de extensión,
al oeste de Mileto. La primera persecución cristiana que alcanzó a Asia fue la
de Domiciano, a. 95-96, donde se produjo el primer choque del cristianismo con
el imperio romano por causa del culto al emperador. Con este destierro de Jn.,
proyecta ya sus sombras. Al que a los ojos de los hombres está privado de toda
influencia para la Iglesia de entonces, el Espíritu de Dios hace de él,
en su destierro, su instrumento especial, por el que viene en
socorro de la Iglesia contra la oposición de los poderosos en el mundo.
(v. 10a) -
Sucedió un “día del Señor”, el primer día de la semana, que
había reemplazado al sábado judaico (Act. 20, 7; I Cor. 16, 2), que el
Espíritu de Dios vino sobre Juan para hacerlo vidente y pregonero
profético de la palabra que Jesús daba a su Iglesia. En estado
extático Juan recibe el mensaje en imágenes (visiones) y se vio lleno del
Espíritu de Dios. Recibe así conocimientos suprahumanos, revelación
divina que al hombre le está velada. Por esto, la potencia y el acto
de la fe es efecto del Espíritu de Dios, es gracia.
(v. 10b-11a) - La primera
visión es una experiencia auditiva: “una gran voz” que lo interpela. Esto es para
Juan totalmente inesperado; el encargo mismo estaba fuera de su campo visual
pues su ejecución parecía imposible desde el punto de vista humano: en el
auténtico profetismo no hay acuerdo psíquico con uno mismo. Juan ha de escribir lo
que le viene mostrado y enviar los apuntes a las 7 iglesias determinadas.
Jesús mandó proclamar el evangelio oralmente, ahora se extiende a la palabra
escrita. Esta le será dada en imágenes, el medio preferido también
por Jesús en su predicación.
(v.
12) - En esta visión Juan ve al
Señor Jesús glorioso (v. 13), muy consolador para una Iglesia
perseguida verle en medio de ella. Los 7 candelabros de oro (1,
20) son las 7 Iglesias preciosas para Dios (oro), de “santos”, elegidos por Dios y para
Dios (Rm. 1, 7; I Cor. 1, 2; Col. 1,2). Es probable que con esta
imagen se quiera ver también la misión de la Iglesia: luz sobre el
candelero (Mt. 5, 14-16) (Ef. 5, 8; Fp. 2, 15).
(v.
13) - La figura del Señor recuerda
al “Hijo del hombre” Dn. 7, 13 en su misión
mesiánica (Mt. 28, 18) es el Señor glorificado de su Iglesia. La túnica
talar y el ceñidor de oro eran distintivos de los
sacerdotes y reyes (Hb. 7, 24s.).
(v. 17a) -
El Señor hace volver en sí a Juan con las palabras tranquilizantes del
Maestro, que eran familiares a un discípulo de Jesús: “No temas”. La imposición de la mano sobre
Juan no es tanto de reanimación, sino para conferir un encargo de misión a
Juan, expresado con toda exactitud (Act. 6,6; 13, 3; I Tim. 4, 14; 5, 22) y con
la que recibe sin duda la consagración profética.
(v. 17b-18) -
El Señor se aplica a sí mismo palabras que se habían dicho de Dios (1,
8). El es eterno como el Padre y existe antes que el
mundo entero y está por encima de su historia. “El que
vive” es un nombre del A.T. para Dios
por oposición a los ídolos muertos. Sigue la alusión a su encarnación y muerte
y resurrección, desde la cual vence en todo cristiano, que confiesa su
nombre en la persecución, todo temor a la muerte.
(v.
19) - Reitera de nuevo el
encargo. Presente y futuro están contrapuestos mutuamente como
formas del tiempo, pero éste se ha convertido en tiempo final: primero
por su segunda venida y segundo porque con la venida de
Cristo superó toda caducidad del tiempo (Rm. 8, 18-25).
Papa Francisco: Jesús se aparece trayendo tres dones: la paz, la alegría y la misión apostólica. 2ª. Semana de Pascua. Domingo de la Misericordia. 28 - Abril - 2019.
"Ventana abierta"
Papa Francisco: Jesús
se aparece trayendo tres dones: la paz, la alegría y la misión apostólica
Redacción (NJ)
El evangelio de hoy (Juan 20: 19-31) nos dice que en el día
de Pascua Jesús se aparece a sus discípulos en el Cenáculo, trayendo tres
dones: la paz, la alegría y la misión apostólica.
Las primeras palabras que dice son: “La paz sea
contigo” (v. 21). El Señor Resucitado trae auténtica paz, porque a través
de su sacrificio en la cruz ha logrado la reconciliación entre Dios y la
humanidad y ha vencido el pecado y la muerte, esta es la paz. Sus discípulos
eran los primeros que necesitaban esta paz, porque después de la captura y la
sentencia de muerte contra el Maestro, habían caído en el desconcierto y el
miedo. Jesús se aparece vivo entre ellos y mostrando sus heridas en el cuerpo
glorioso, da la paz como fruto de su victoria. Pero esa tarde el apóstol Tomás
no estuvo presente. Informado de este evento extraordinario, él, incrédulo ante
el testimonio de los otros apóstoles, pretende verificar personalmente la
verdad de lo que ellos afirman. Ocho días después, como hoy, se repite la
aparición: Jesús se encuentra con la incredulidad de Tomás y le invita a tocar
sus heridas. Son la fuente de la paz, porque son el signo del inmenso amor de
Jesús, quien derrotó a las fuerzas hostiles del hombre, es decir, el pecado, el
mal y la muerte. Invita a tocar las heridas, es una enseñanza para nosotros,
como si Jesús nos dijera a cada uno de nosotros: “Si tú no estás en paz, toca
mis heridas”.
Tocar las heridas de Jesús, que están en los
problemas, en las dificultades, en las persecuciones, en las enfermedades, en
tanta gente que sufre. ¿Tú no estás en paz?, Ve, ve a visitar a alguien que es
símbolo de la herida de Jesús, toca la herida de Jesús. De esas heridas sale la
misericordia. Por eso hoy es el domingo de la misericordia. Un santo decía que
el cuerpo de Jesús crucificado es como un saco de misericordia, que a través de
las heridas venía hacia todos nosotros. Todos nosotros necesitamos de la
misericordia, lo sabemos. acerquémonos a Jesús y toquemos sus heridas, en
nuestros hermanos que sufren. Las heridas de Jesús son un tesoro: de ahí surge
la misericordia. seamos valerosos y toquemos las heridas de Jesús. Con estas
heridas Él está delante del Padre y nos hace ver al Padre, como si dijera.
“Padre, este es el precio, estas heridas son lo que yo he pagado por mis
hermanos”. Con las heridas Jesús intercede ante el Padre. Nos da la
misericordia y nos acerca e intercede por nosotros. No olviden nunca las
heridas de Jesús.
El segundo don que Jesús resucitado trae a los
discípulos es la alegría. El evangelista informa que los discípulos
se regocijaron al ver al Señor “(v. 20). Hay un versículo que dice que “no
podían creer por la alegría que tenían”, no lo podían creer. A nosotros
cuando nos pasa algo increíble demasiado bello, nos viene de dentro decir: “¡No
lo podemos creer, que esto no es verdad!” y así decían los discípulos, no lo
podían creer por tanta alegría que sentían. Y esa es la alegría que nos da
Jesús. Si tu estás triste, si no estás en paz, mira a Jesús crucificado a Jesús
resucitado, mira sus heridas y recibe su alegría.
Y además de la paz y la alegría, Jesús da a sus
discípulos una nueva misión: “Así como el Padre me envió, yo
también os envío” (v. 21). y La resurrección de Jesús es el inicio de un nuevo
dinamismo de amor capaz de transformar el mundo con la presencia del
Espíritu Santo.
En este segundo domingo de Pascua, estamos invitados a
acercarnos a Cristo con fe, abriendo nuestros corazones a la paz, la alegría y
la misión, pero no nos olvidemos las heridas de Jesús, que de ahí surge la paz,
la alegría y la fuerza por la misión.
Confiamos esto a la intercesión materna de la
Virgen María, Reina del Cielo y de la Tierra.
Fuente: Zenit-español.org