"Ventana abierta"
HOY EL RETO DEL AMOR ES NO HACER CASO A CUALQUIER TIPO DE AUTOJUSTIFICACIONES Y DAR UN PEQUEÑO PASO EN EL AMOR
Hola, buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que
pases un feliz día.
A PEQUEÑOS PASOS
En estos días de Ejercicios Espirituales da tiempo para
todo: para orar, para escuchar una predicación, para leer, pasear... En uno de
esos paseos por la huerta, me estuve fijando en esos enormes álamos que hay en
la parte más baja de la huerta, o en aquel nogal centenario, o en la
antiquísima morera... Son todos árboles fuertes, robustos, y de muchos muchos
años...
Sin embargo, según subía la cuesta vislumbré unos que en
nuestra huerta se dan muy bien, pero que es una especie muy extraña. Sí, porque
son árboles que crecen muy rápido, y a su alrededor brotan numerosísimos
“hijos”. Estos crecen, y crecen, mucho más rápido que los demás árboles; sin
embargo, llega un momento en que comienzan a inclinarse hasta que ya no
aguantan con su propio peso y se terminan por caer.
Al compararlos pensé que la diferencia claramente tenía
que ser la raíz. En que estos últimos no las tienen bien arraigadas, sino que,
al crecer tan rápido, son demasiado superficiales como para sostenerse.
Mientras que los otros hunden hasta lo profundo sus raíces, para que ni vientos
ni tormentas puedan derribarlos.
Así que al verlos comprendí que este es el paso que le
gusta llevar al Señor con nosotros: un ritmo más tranquilo pero seguro. El
ritmo del amor es lento, va despacio, porque todo necesita su tiempo para ir
arraigándose bien.
Aquella comparación me transportó a mis primeros años en
el Monasterio: entonces pensaba que, cuando llegase a este momento, ya tendría
que haber crecido del todo y ser santa... y ahora me veo y cada día más intuyo
esto de que crecer en el amor dura toda la vida. Y es que el amor no entiende
de “pasos de gigante”, sino que va creciendo poquito a poco en cada pequeño
gesto, en cada paso que vamos dando día a día. Forjándose así las raíces bien
sostenidas por Cristo. Pues Él es como la tierra en la que podemos enraizar
nuestra vida y que a la vez es la que nos sustenta y nos aporta lo necesario
para crecer.
Así que en esas estaba cuando me crucé con una hermana
mucho más sabia y crecida en el amor, y le pregunté cómo hace ella, y me
contestó: “Disfrutando y amando con cada cosa que hagas, por pequeña que sea”.
Ese es el primer paso para aprender a amar: pequeño pero profundo.
Hoy el reto del amor es no hacer caso a cualquier tipo de autojustificaciones y dar un pequeño paso en el Amor. Jesús, que nos quiere felices, nos muestra que el camino para ello está en el amor, y por ello Él mismo nos ha dado el Suyo, para que podamos también nosotros recorrerlo.
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
Prohibido cualquier reproducción para uso comercial.
Sólo se permite un uso para actividades de evangelización
siempre que se publiquen sin ningún tipo de modificación.



No hay comentarios:
Publicar un comentario