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Sean bienvenidos

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Invitación y bienvenida

Hola amig@s, bienvenid@s a este lugar, "Seguir la Senda.Ventana abierta", un blog que da comienzo e inicia su andadura el 6 de Diciembre de 2010, y con el que sólo busco compartir con ustedes algo de mi inventiva, artículos que tengo recogidos desde hace años, y también todo aquello bonito e instructivo que encuentro en Google o que llega a mí desde la red, y sin ánimo de lucro.

Si alguno de ustedes comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia, o por el contrario quiere que sea retirado de inmediato, por favor, comuníquenmelo y lo haré en seguida y sin demora.

Doy las gracias a tod@s mis amig@s blogueros que me visitan desde todas partes del mundo y de los cuales siempre aprendo algo nuevo. ¡¡¡Gracias de todo corazón y Bienvenid@s !!!!

Si lo desean, bajo la cabecera de "Seguir la Senda", se encuentran unos títulos que pulsando o haciendo clic sobre cada uno de ellos pueden acceder directamente a la sección que les interese. De igual manera, haciendo lo mismo en cada una de las imágenes de la línea vertical al lado izquierdo del blog a partir de "Ventana abierta", pasando por todos, hasta "Galería de imágenes", les conduce también al objetivo escogido.

Espero que todos los artículos que publique en mi blog -y también el de ustedes si así lo desean- les sirva de ayuda, y si les apetece comenten qué les parece...

Mi ventana y mi puerta siempre estarán abiertas para tod@s aquell@s que quieran visitarme. Dios les bendiga continuamente y en gran manera.

Aquí les recibo a ustedes como se merecen, alrededor de la mesa y junto a esta agradable meriendita virtual.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.
No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad. Les saluda atentamente: Mª Ángeles Grueso (Angelita)

miércoles, 30 de octubre de 2013

Profetas de desventuras

"Ventana abierta"


Profetas de desventuras

Jesús no dijo:

"Temblad, que estoy llegando", sino "Trabajad mientras vuelvo".


Autor: José Luis Martín Descalzo | Fuente: Razones para el amor


Aquella viejecita -con esa santa ingenuidad que sólo tienen los ancianos y los niños- contaba que asistió un día a un sermón en el que el cura habló con palabras tan terribles del próximo fin del mundo, del sol que se iba a destruir y las estrellas que se iban a caer, que, al salir, "como todo aquello era tan triste, me fui a una pastelería y me comí un dulce".


Yo hubiera hecho algo muy parecido. Porque me temo que si yo estuviera tan convencido de que el mundo se va a acabar en los dos próximos meses, lo más seguro es que, en lugar de tratar de mejorarlo, me dedicase a cultivar mi corazoncete y me olvidase de los demás. Con lo cual -lo sé- corrompería a la vez mi corazoncete y el mundo. Y así anticiparía la hora de su destrucción.

Hablando un poco más en serio, diré que eso es lo que me preocupa del catastrofismo que ahora está tan de moda: que invita más al egoísmo que a la lucha, que reduce la idea de conversión a la de prepararse para morir. Y son cosas muy diferentes.
Pero ¡vaya usted a detener a los amigos de las fábulas! De poco sirvió que Juan XXIII estigmatizase a los profetas de desventuras. Desde entonces hasta hoy se han multiplicado. Pero las palabras del papa Roncalli siguen ahí, lucidísimas:

"Nos llegan de cuando en cuando, en el ejercicio cotidiano de nuestro ministerio, voces que ofenden nuestros oídos, cuando algunas personas, inflamadas de cierto celo religioso, carecen de justeza en su juicio y en su manera de ver las cosas.

En la situación actual de la sociedad no ven más que ruinas y calamidades. Tienen la costumbre de decir que nuestra época ha empeorado profundamente en relación con los siglos pasados y se conducen como si la historia, que es maestra de la vida, no les hubiera enseñado nada … Nos parece necesario expresar nuestro completo desacuerdo con tales profetas de desgracias que anuncian incesantemente catástrofes, como si el fin del mundo estuviera a la vuelta de la esquina".
 Y es que para saber que en el mundo hay muchas cosas que están mal no hace falta ser profeta: basta con tener ojos. Y para aceptar que un día concluirá este mundo y regresará el Señor, no hace falta ser un visionario; basta con tener fe. Pero hay que falsificar mucho el Evangelio para confundir al Señor con el terror y el miedo. Y es que Jesús no dijo: "Temblad, que estoy llegando", sino "trabajad mientras vuelvo".

Por eso yo no tengo ninguna curiosidad por conocer cuándo acabará el mundo. De momento sé que el día de hoy acabará dentro de unas horas y que este año se concluirá el 31 de diciembre y que yo tengo obligación de llenar de amor esas pocas horas y esos pocos días.
Mañana me plantearé la tarea de volver a llenar las horas de mañana, y en el próximo año -si ese año existe y si yo vivo en él- trataré de seguir haciéndolo mejor. Y me da lo mismo que ya sólo quedan dos papas, como dice del señor Fontbrune que dice el supuesto San Malaquías.
De momento, quiero al que hay y estoy seguro de que querré -si llego a verles- a sus sucesores. Y no me preocupan los profetas que anuncian la caída del sol. Por hoy tengo suficiente con darle gracias a Dios por este bonito sol que brilla hoy en el cielo.




lunes, 28 de octubre de 2013

Cuento. El sueño de Chispa. Manos Unidas.

"ventana abierta"


1. 
El sueño de Chispa

Érase una vez un pueblecito llamado Arco Iris, era pequeñito, con sus casitas de piedra, su río transparente y su precioso campo de girasoles que durante el verano iluminaba la aldea.
En él vivían muchos girasoles, pero, entre todos, había uno que destacaba por su sencillez y su generosidad, y también por ser el más chiquitito, su nombre era Chispa y le encantaba leer y conversar con los demás.
Siempre soñaba con poder viajar algún día y conocer todos aquellos lugares maravillosos que aparecían en los libros de aventuras que leía cada noche antes de dormir.

 

Pero Chispa sabía que conseguir eso era algo imposible para un girasol, que sus raíces se lo impedían. Ser una preciosa planta como era ella tenía muchas cosas buenas, pero ella no podía viajar, no sobreviviría si la arrancasen de la tierra donde había nacido y de la que se alimentaba.
Sin embargo ella sabía que todos tenemos algo mágico dentro, que se llama imaginación, así es que a menudo cerraba los ojos, se concentraba y recorría cada rincón de la Tierra.
Al día siguiente comenzaba el verano y en el campo celebraban la Fiesta de las Flores. Era el día más importante y divertido del año. Todos los girasoles se recortaban sus pétalos para estar lindos y estrenaban algo porque decían que traía buena suerte.
Pero Chispa nunca se compraba nada nuevo, prefería guardar el dinero de su hucha para cosas más importantes. Tampoco se cortaba los pétalos porque pensaba que así, si algún día alguien se acercaba a ella buscando su sombra, podría ofrecérsela. Además, aunque le encantaba la música, siempre bailaba con mucho cuidado y cuando alguien le preguntaba por qué lo hacía así, Chispa les contestaba:
-Me da miedo que se me caigan las pipas, puede que, en algún momento, sirvan para alimentar a alguien.
- ¡Qué generosa eres Chispa! Siempre estás pensando en ayudar a los demás. Le decían todos.
2.
El sueño de Chispa

Cuando se hizo de noche y la fiesta terminó, en medio de la oscuridad y del silencio, un grupo de ocas sobrevolaron Arco Iris. Venían desde muy lejos. 


En su país había dejado de llover, las plantas estaban secas y no tenían nada que comer. Entre las aves estaba Fito, que hacía el viaje por primera vez junto a su hermano, su papá y su mamá.
Llevaban muchas horas volando sin parar y Fito estaba muy cansado, tenía hambre y también mucho sueño, tanto que sin darse cuenta se durmió mientras volaba, y aunque siguió moviendo las alas, poco a poco fue cayendo. De pronto... boooomm!!! Chocó contra las ramas de un árbol y fue a caer a los pies de Chispa.
Menudo susto se dio Chispa, enseguida se acercó a ayudar a Fito, que se despertó sobresaltado y gritó:
-¡Ahhhh! ¿Quién eres? ¿Dónde estoy?¿Cómo he llegado hasta aquí?
-Tranquilo pequeño, le dijo Chispa. ¿Estás bien?¿Te duele algo?
A Fito le dolía mucho un ala, se la había roto al estrellarse, por lo que no podría continuar su viaje. Pero él sólo pensaba en su familia:
-Ellos no volverán hasta que acabe el verano ¿Qué voy a hacer? ¡Estarán muy preocupados por mí!, ¿Dónde me quedaré?
-No te preocupes, les mandaremos un mensaje con el siguiente grupo de ocas que pasen por aquí diciéndoles que estás bien. Te quedarás en mi casa, nosotros te cuidaremos, le dijo Chispa.

3.
El sueño de Chispa

Fito pasó en Arco Iris dos meses inolvidables, rió, jugó, compartió,y aunque, a veces se acordaba mucho de su familia, se sentía feliz en ese pueblito.
Pero el verano estaba terminando y había llegado el momento de regresar a casa, pronto volvería a ver a su familia, a sus amigos, pero también había llegado la hora de abandonar aquel lugar y a aquellas personas que tanto le habían querido. Entonces se le ocurrió una ¡gran idea! Pero pensó que sería mejor esperar para contársela a Chispa. Era una sorpresa para ella.
Al día siguiente, un montón de ocas inundaron el cielo de Arco Iris, todos en el pueblo miraban asombrados hacia arriba. 


El papá y la mamá de Fito vieron a su hijito desde la altura. Estaban deseando darle un abrazo.
¡Por fin llegó el momento! Estaban felices de estar juntos de nuevo.
La familia de Fito no sabía cómo agradecer a Chispa tanta generosidad, su pequeño había sido feliz con ellos y eso nunca lo olvidarían.
- ¡Ha sido el verano más divertido de mi vida! Dijo Fito.
Chispa estaba muy contenta porque Fito volvía a ver a su familia pero también muy triste porque llegaba la hora de la despedida, tenían que separarse...

4.
El sueño de Chispa

Entonces Fito se acercó y le dijo:
-Chispa, no estés triste, viajarás conmigo y conocerás todos esos lugares que siempre soñaste conocer.
Chispa abrió tanto los ojos y la boca por la sorpresa que casi no pudo volver a cerrarlos, ¡no podía creer lo que estaba oyendo! ¡Viajar!


-Pero... Fito, yo no puedo moverme de aquí, ya lo sabes, soy un girasol y las plantas no tenemos piernas, tenemos raíces.
-Pero hay muchas maneras de viajar Chispa y tú lo sabes,  dijo Fito. Tú tienes algo que forma parte de ti y que me ha alimentado durante todo este tiempo, ¡tus pipas!
-¿Mis pipas? ¿Y qué harás con ellas Fito?, dijo Chispa.
-Me las llevaré conmigo y las iré soltando en todos esos lugares maravillosos por los que voy a pasar durante mi viaje, así podrás conocerlos. En todos ellos nacerán preciosos girasoles y una parte de ti permanecerá para siempre en cada uno. Así tu sueño se habrá cumplido.
Fito inició su vuelo y ahí comenzó también la aventura de Chispa.
Ella había sido generosa, ofreció su ayuda a quién lo necesitó y siempre pensó en los demás antes que en ella, por eso llegó el día en que su sueño se cumplió.

 Educación en valores.
Manos Unidas




viernes, 25 de octubre de 2013

Su hijo se fue al Cielo. Nuestro sentido pesar a nuestra amiga Antoñita y su familia.

"Ventana abierta"

 

   Querida Antoñita:
Aunque ya hablamos por teléfono primero en nombre de mi familia y mío, y posteriormente os hicimos la visita de rigor - que en nuestro caso no lo entendimos así, sino de amistad entrañable y de acercamiento cariñoso hacia ustedes en los primeros días de sufrimiento y de infinito dolor - hemos querido dejar pasar un tiempo prudencial, aunque relativamente breve, para expresaros por escrito nuestro pesar por tan sensible pérdida y que le llegue al mismo tiempo nuestro sentir a toda la familia.
Por esto, haz extensivo este mensaje a tu esposo Miguel, a Pili su esposa y a los pequeños Marcos, Javier y Marta, sus hijos; y naturalmente a sus hermanos Miguel y Mª Paz, y a toda la familia y amigos que nos consta se han volcado en generosidad y cariño con él.
Queridos amig@s, sé que no estáis solos, que tenéis una extensa y buena familia, pero quiero que sepáis que seguís contando con mi amistad y la de mi familia.          
  ¡Cuidaos mucho, tened ánimo y adelante, Antonio querrá veros bien y felices!
Vuestro Antonio os ha necesitado mucho, tanto como yo necesito de los míos, viéndome con mucha frecuencia imposibilitada, llegando a ser dependiente en todos los sentidos; aun así, nunca se me ha ocurrido recriminar a Dios -como Antonio tampoco lo ha hecho- las cosas han venido así y no se puede volver atrás en la historia; además, partiendo de la fe que gracias a Dios tengo, sé que todo es voluntad de Él, y aunque las crisis continuas, la rigidez en los miembros y los fuertes dolores me dejen invalidante y postrada en cama, no puedo sentirme triste, tengo a mi familia: mi madre que gracias a Dios aún me vive con 90 años, a mis hermanos, y sobre todo a mi marido y mis hijas que son mis pies y mis manos en todas mis necesidades, dándome la alegría añadida de mis 5 nietos.
Sin embargo, yo me miro a mí misma y veo que tengo cantidad de limitaciones, que da pena verme en cierto sentido, sin embargo soy una permanente oportunidad de que otros amen y sean grandes ante Dios.
Si el Señor permite que algo suceda, es porque también contamos con toda la fuerza necesaria, la fuerza que Él nos da para superarlo, o sobrellevarlo por lo menos; porque lo que está claro es que Dios nos quiere.



Santa Teresa de Jesús decía:
“Si así tratas Tú a tus amigos, con razón tienes tan pocos”.
Él permite estas cosas pero también nos da su fuerza.

Querid@s amig@s, habéis echado el resto, sin consideraros víctimas por ello; todo lo que le habéis entregado en tiempo, energía, esfuerzo -que ha sido mucho- se os tendrá en cuenta, porque ante ustedes se presentó la posibilidad de amar como quizás no lo hubieseis imaginado de otra forma; él fue un tesoro para ustedes, y habéis sido grandes a los ojos de Dios.
Fue multimillonario al tener una familia así, un multimillonario que perdió tal vez 1.000 euros -que fue su enfermedad- es una cierta cantidad, un precio alto, pero para un multimillonario ¿qué es eso?, cuando ha recibido cariño, una limpia mirada, una mano extendida, unos brazos siempre abiertos acogiéndolo, unos pies acompañándolo en el camino de la vida. Todo eso es lo que ha recibido de ustedes. 

Antonio sabía que aún podía amar mucho, que amar lo pueden hacer todas las personas, independientemente de su estado físico, con tal de tener corazón, un corazón tan grande como el que él tenía, y gente a su alrededor con la que poder volcarse, queriendo y sonriendo siempre mientras la vida se le iba acabando.
Yo estoy convencida que desde algún sitio que Dios le ha reservado junto a Él, Antonio os ve y está de alguna manera con ustedes, intercediendo por su familia y sus amigos, mientras esperamos el reencuentro definitivo.

  Todo seguirá su curso, ¿verdad, amigos?, pero en el recuerdo van quedando todos los sentimientos agazapados.

Sobre un reloj antiguo está escrito:


"Ten por cierto que una de estas horas es la tuya".
Si la tristeza pone cerco a vuestro corazón e invade sus fronteras, si el dolor hace nido en vuestra alma y os tortura, hacédselo saber a Aquel en quien confiamos y que está cerca de nosotros; será vuestra lágrima, su lágrima; vuestro dolor, su dolor.
Pienso que Dios dijo:
"Cuando un ¡ay! es dicho por dos o más de vosotros me llega al Corazón y allí encuentra remedio".
Llorad con los que lloran- -aconseja el Libro- las lágrimas se secan mezclándolas. 
Son aquellas lágrimas que nacen en lo profundo del corazón, se recogen en los ojos, y desde allí recorren el camino hasta el cuenco de las manos de Dios.

 

Las lágrimas que se comparten aligeran la carga del dolor y lo hacen más llevadero y fecundo. Y como ninguna lágrima se pierde, Dios las recoge todas, nos serán devueltas convertidas en Alegría y Vida.
Recordemos también que si bien el morir nos entristece, consuela el corazón la esperanza de llegar hasta Dios y no dejarle nunca:

 

"Dios de vivos es Dios, que no de muertos".
Nada importa o importa menos, que todas las horas hieran y la última mate.

A medida que se acerca el invierno, parece que a nosotros también nos apena ver atardecer la vida y no sabemos por qué. 
Dijo el poeta:
"Ninguna primavera tiene tal arrogancia que pueda ser continua su fragancia".
Pasan la primavera, el verano, y su fragancia y su brillo; pero nos queda la Luz, la Alegría, la fuerza de su savia que en las ramas alumbrará fruto.
No nos apene ver atardecer nuestra vida, tiene el atardecer una luz especial, un sosiego, un silencio…, y Dios está más 
cerca.

 

Se nos invita a ser como la pequeña piedra de la orilla. Cuando Dios pase, cuando su mano la recoja y la arroje al Lago de la Vida, la pequeña piedra turbará la superficie del agua con incontables círculos, pero cuando alcance la profundidad, se quedará en una gran quietud. Se nos invita a que nuestro corazón sea como la pequeña piedra, Dios está esperando en el fondo.


 Antonio ha partido al Cielo dejándonos una lección reflejo de lo que él ha sido, enseñándonos que se muere como se ha vivido, tan sencillo como se ha sido, y agarrado fuertemente a Dios que es lo único importante. 

 

Preparándose durante mucho tiempo, para soltar las amarras del norai del puerto, cuando el Señor lo ha querido, dejándonos una gran huella luminosa. 

 

A pesar de la profunda tristeza que la realidad de la muerte nos causa, se hace presente en nosotros la seria invitación a la profunda aventura de vivir; que nos sintamos vivos, que sintamos que hay vida en nosotros y que nuestra vida pasa a los demás. 
Si Dios transformó con su aliento el barro, aliento quiere recoger y no barro.
Vivamos pues, profunda, plenamente, sintamos que en nosotros es verdad lo que cantó el poeta:
"Vivir es algo más que morir un poco cada día".
¿Por qué Dios hace estas noches del día, estas oscuridades, esta angustia? -nos preguntamos-. Si quisiéramos escuchar oiríamos la voz:
 "Dios no hace la oscuridad ni la angustia, Dios está al otro lado amaneciendo".

 

Nuestro Padre se llevó a Antonio, para que no sufriera más, para llenarle los ojos de estrellas y así poder ver brillar la Luz de su Gloria con nuevo resplandor. La Gloria del Señor lo envolvió en su Claridad, y él fue con vela encendida al encuentro y al abrazo de su Salvador,

 

diciéndole:
"Señor, yo he vivido esperándote, y los latidos de mi corazón eran tus pasos".
Me pongo, Señor, ante tu presencia, y sucederá lo que Tú quieras.
Y recibió al Autor de la Vida abriendo las puertas de su corazón de par en par y Dios lo llenó de su Luz y de su Paz.

 

Y seguro que también le dijo:
"Hijo, ven Conmigo, ¿Tienes hambre?"

    
La clave está en la Sonrisa de Dios al recibir a sus hijos en su Casa para siempre.
¡La clave está en su Sonrisa, y Dios siempre Sonríe!

Así podemos imaginar a Dios:
Buen Pastor reuniendo a todas sus ovejas.
Padre acunando a sus hijos cansados de errar por esta vieja tierra.
Creador escribiendo la última y gozosa línea de su Gran Poema.


Cuando no os sintáis bien, acudid a Dios.
Cuando no salga el sol, inventaos todas las estrellas.
Que nada os haga sufrir ni llorar, hasta olvidar la alegría de la Resurrección.
  
En la noche es cuando más brillan las estrellas, en la oscuridad quizás también descubramos que Alguien nos quiere, que Alguien nos acompaña, que el abrazo de Dios nos sostiene, y el brazo de Dios también sabemos que es Jesucristo.

Antonio aquí en la tierra fue purificado, y seguro que desde un lugar privilegiado del Cielo, os seguirá ayudando y lo notaréis.
  El Señor viene y llena el hueco de nuestra existencia, entra por nuestros poros, hace de nuestro corazón su Casa, y con su Sonrisa nos va consolando en las horas duras y de prueba. 


Que Jesús en su Pasión y Resurrección os siga ayudando con esa su Fortaleza y os anime para continuar adelante.



La Virgen María está presente como Madre de los Dolores, pero también como Madre del Remedio, 


siempre cercana a ustedes, siempre cercana a todos sus hijos, sobre todo cuando sufren.
 Recojo aquí unas palabras de San Agustín:
Una lágrima por el difunto se evapora.
Una flor sobre su tumba se marchita.
Pero una oración por su alma siempre la recoge Dios".

 

Sólo Dios sabe las razones, nosotros las desconocemos y lloramos su ausencia y la de todos nuestros seres queridos que nos van precediendo y, que un día nos abandonaron para dirigirse velozmente a la meta.

 

Antonio ya contempla cara a cara la belleza de Dios, compartiendo el gozo de la Jerusalén del Cielo, y se encuentra en el mejor sitio que podemos desear, en los brazos siempre abiertos del Padre.

 

Te confiamos, Señor, su corto pasado a tu Misericordia.
Su futuro a tu Providencia, ya siempre Contigo, con tus Ángeles y tus Santos.

Amig@s:
Que no os angustie la pena
por la triste despedida,
porque allí estará DIOS
para llenarle de VIDA.

¡Callad, amig@s, callad!
y descansad en mi costado,
porque con el corazón
yo estaré a vuestro lado.

Que no hacen falta palabras,
ni rosas, ni tampoco labios...,
sólo vuestras miradas en la mía
y vuestras manos en mi mano.  


Cuánto cuesta la separación, el desarraigo...
Cuánto cuesta ir avanzando sin las personas que queremos...
Qué gran vacío dejan en el corazón y en el alma; pero al mismo tiempo qué alegría y qué agradecimiento por la fe en la resurrección que nos hace vivir con tanta esperanza los acontecimientos de muerte, y el reencuentro definitivo llegará y será por toda la eternidad.


Querid@s amig@s, llegará de nuevo en breve el 2 de Noviembre, Día de los Difuntos. Pidamos por todas aquellas personas, familiares y amig@s querid@s de cada un@ de nosotr@s, que nos dejaron honda huella imposible de borrar.



Siempre les llevaremos grabad@s en nuestros corazones.
 Que el Señor les haya acogido en su seno y les haya conducido a la Vida Eterna.
¡Que así sea!

Os enviamos un abrazo con el cariño profundo de nuestro corazón, y con él en la medida de lo posible, infundiros ánimo y esperanza. 


 Vuestros amigos incondicionales:
Angelita Grueso y familia.